Portada - Silvia Gómez - Soy Protagonista

“Entendía la crueldad de una guerra, pero a la vez, sentía la angustia de que si todo se complicaba más, no podría seguir estudiando”

Mi nombre es Silvia Gómez, soy docente y directora de una escuela rural, aquí, en la provincia de San Luis.

Cuando vi la publicación, sobre los 40 años de Malvinas y que podíamos participar contando nuestras vivencias, me interesé en querer compartir mi experiencia con ustedes.

Tengo recuerdos muy nítidos de ese año, particularmente, porque para mí era un año muy importante, empezaba el secundario, en una escuela rural, de San Rafael, Mendoza, en donde vivíamos con mi familia. Y que me dejaran estudiar, era un acontecimiento que marcaba mi vida, de una manera extraordinaria.

Hacia menos de un mes que estaba cursando, cuando anunciaban la “Guerra de Malvinas” y sentí una mezcla de sensaciones.

Entendía la crueldad de una guerra, no de la misma manera que lo entiendo ahora, pero a la vez, sentía la angustia de que si todo se complicaba más, no podría seguir estudiando, lo cual para mí era una prioridad, sin dimensionar, por mi edad, que habían acontecimientos, más dolorosos, que mi prioridad.

Los profesores comentaban muy poco lo que sucedía, quizás por temor y los medios de comunicación que teníamos en donde vivíamos, eran muy escasos: televisión con un solo canal local y la transmisión no era buena. Y una emisora de radio, que si hablaba de la guerra, pero con una visión, que después supimos, no era tan verídica.

En casa tampoco se hablaba mucho del tema, porque la información era escasa, a veces yo les comentaba a mis padres lo que nos decían los profesores y ellos me decían que no comentara con otras personas nada relacionado a la guerra.

Creo que en las zonas rurales se vivió de una manera distinta y con el correr de los años, yo, personalmente, dimensioné la crueldad de aquella guerra, que marcó mi vida, dejando estos recuerdos intactos y que hoy comparto con ustedes.

Tengo un sentimiento desbordado de gratitud a todos los soldados que dejaron su vida allí, en Malvinas. Y a los que regresaron con su alma rota en mil pedazos, decirles que los abrazo intentando curar todas sus heridas.

Gracias por leerme.

Silvia Gómez, San Luis, 27 de marzo del 2022 (silviagomez@sanluis.edu.ar)

Portada - Voces Sin Censura - Alejandra Quinteros

Malvinas, Democracia y Educación en San Luis

En 1983 cuando se producen las elecciones presidenciales en Argentina, tenía 18 años. ¡Qué alegría votar por primera vez! Los discursos de Raúl Alfonsín habían cautivado a la juventud. Me emocionaba escucharlo hablar sobre la democracia, entre otras cosas, sobre la política partidaria y sobre la Patria.

Luego de que Raúl Alfonsín ganara las elecciones, hacia 1984 se había publicado el libro NUNCA MÁS, lo leíamos para entender de qué se trataba todo el debate que se estaba dando en la sociedad sobre las desapariciones, torturas y asesinatos que provocaron los militares. Luego en 1985 se produjo el juicio a las Juntas Militares, ahí comenzó a visibilizarse el plan de exterminio y desaparición de personas; juicio que continúa hasta hoy.

Sobre la causa Malvinas nada. Estaban en el proceso de ocultamiento sobre toda la información para la sociedad respecto de esa injusta guerra.

Era agosto de 1987 cuando ingresé a la Escuela Normal Juan Pascual Pringles (conocida como La Mixta), de la Universidad Nacional de San Luis, como preceptora, tenía 22 años. Hice carrera docente en esta Escuela que me albergó también en mi niñez

Cuando ingresé, en la Escuela se desarrollaban intensos debates sobre la democratización para la participación de todos los estamentos educativos en un Consejo de Escuela. Un Consejo de Escuela que había sido creado entre los años 1884 y 1986 luego de fervorosas discusiones sobre su conformación.

La educación en tiempos de dictadura tenía un formato de disciplinamiento que se observaba en el cumplimiento estricto del uniforme, el cabello corto para los varones y para las mujeres recogido, los bancos atornillados al piso organizados en perfectas filas al estilo militar, los colores verdes en todas las cortinas y elementos que se utilizaban para los actos, la bibliografía cuidadosamente seleccionada por los docentes sin que nada se pudiera discutir.

Hacia los ’90 la sociedad seguía convulsionada con los cambios que estaba trayendo la democracia, recuerdo la sorpresa de ver cómo cambiaban los bancos en la Escuela, pasaron de pupitres a bancos hexagonales que se podían ubicar como quisieran y agrupar a los chicos y chicas en las aulas. ¡Qué sorpresa me daba ver las aulas con sus alumnos en grupos!! ¡Qué impacto en la educación, la democratización del saber!

Recuerdo que las profesoras de geografía comenzaron a hablar en la Escuela sobre Malvinas y sobre un grupo de jóvenes que habían estado allí y que se habían agrupado para dar a conocer sus testimonios. Eran finales de los 90. Más tarde la Escuela colocó una placa con un dibujo que realizó el profesor Daniel Orellano, en la galería de la Planta Alta (que da a la calle Mitre) y le colocó el nombre de “Galería de los Caídos en Malvinas”

Ya no había censura.

Las profesoras comenzaron a trabajar con la idea de convocar cada abril a los ex combatientes puntanos para que relataran sus dolorosas experiencias en esas tierras argentinas y así se hizo -y se hace- hasta hoy.

Recordamos los 40 años de una  trágica guerra en tiempos de dictadura y continúan surgiendo las verdades que se ocultaron durante tanto tiempo, la  Escuela tiene una misión especial en ello: develar lo que se esconde

El 1 de abril del 2022 un grupo de ex combatientes realizará una vigilia, la PROMO 82 de la Escuela Normal Juan Pascual Pringles (promoción de la que fui parte) ha sido invitada. Con el compromiso que nos atraviesa por haber sido alumnos y alumnas en aquella época, participaremos de esa vigilia pero también realizaremos una caminata al Cerro de la Cruz de Juana Koslay con los alumnos de cuarto año: ese será el legado.

La Escuela cada año volverá y vuelve al pasado.

Como dice Alfredo ESPECHE

A ti hermano soldado,
otro héroe olvidado,
tú, que en tierras lejanas,
temblando de frío y soledad,
defendías nuestra patria.

Una trinchera fue tu casa,
con las manos congeladas.,
y el alma vestida de verde,
con un arma
como un crucifijo,
mientras el pueblo,
casi indiferente hacía lo suyo,
viendo todo por la tele
.

Alejandra QuinterosDocente de la Escuela Normal Juan Pascual Pringles (San Luis).

San Luis, 12 de marzo del 2022