Portadas - Soy Protagonista - María Celeste Cid

“Lito me decía que eran ex combatientes de Malvinas. Que habían vuelto ‘piruchos’ de la guerra”

Año 2006. Trabajaba cerca de la Plaza Independencia de Mendoza. Los sábados en la mañana pasaba por allí y conocí a 3 hombres cincuentones en situación de calle. Ellos me decían “Evita”. Les divertía verme enojada. Finalmente, nos hicimos amigos. Cada sábado conversábamos hasta que un día me animé a preguntarles acerca de sus vidas.

No recuerdo los nombres de dos de ellos. Pero al más conversador, le decían Lito. Mientras él hablaba, los otros dos hombres largaban carcajadas, gritaban o se ponían a cantar. Lito me decía que eran ex combatientes de Malvinas. Que habían vuelto “piruchos” de la guerra. Tampoco sé con exactitud si Lito se refería a los tres cuando hablaba de Malvinas.

Lamentablemente, las secuelas psicológicas de la guerra los había convertido en marginales. “Somos locos buenos”, decía. Entre sus relatos, me confió que se habían ofrecido como voluntarios. Que al regresar de las islas, eran extraños para sus familias. Y, con el tiempo, decidieron alejarse. Se conocieron en aquella Plaza y se ayudaban mutuamente.

Yo, a veces les llevaba algo rico para comer, les compraba cigarrillos o les daba algún manguito. Cuando pasaba y no tenía nada, ellos me convidaban cigarrillos y mate. Alguien me dijo: “tené cuidado. Cobran una pensión y se la gastan en vino”.

Prejuzgar. Nunca hay que prejuzgar. Si esa persona supiera que, a esos hombres, el mayor daño no se los hizo la guerra. Si supiera que los destruimos nosotros, como sociedad, como Nación.

Un par de años después, me enteré que Lito se había muerto de frío. Y, a los pocos meses, lo siguió el segundo de los tres hombres. Nunca más vi al tercero.

María Celeste Cid, Mendoza, 2 de abril del 2022 (mcelecid@gmail.com).

Portadas - Soy Protagonista - Alejandra Gómez

“No podía conciliar el sueño pensando en mis pares, quienes estaban defendiendo nuestro territorio en el sur”

Dieciséis años tenía cuando no podía conciliar el sueño pensando en mis pares, quienes estaban defendiendo nuestro territorio en el sur.

Con una radio que me habían regalado para mis 15, escuchaba los comunicados de la junta militar. Hoy, a la radio no la tengo más pero sigo sintiendo la misma tristeza y dolor por quienes lucharon y dejaron la vida por nuestras Islas Malvinas.

Honor y gloria por los Veteranos y caídos en Malvinas.

Alejandra Gómez, San Luis, 2 de abril del 2022 (armellini65@gmail.com).

Portadas - Rosa Delia Pérez - Soy protagonista

“No entendíamos nada, pero ahí estaba esa plaza repleta de gente, con banderas, escarapelas, gente cantando el Himno, gritando ‘¡Argentina!'”

¿Cómo viví ese 2 de abril? Recuerdo 6to grado, yo era primera escolta de la bandera. Era un día de clases normal, tipo 10:00 entra eufórica nuestra Vice: “¡abanderada y escoltas a dirección! Nos vamos a la plaza. Recuperamos Malvinas”, gritaba emocionada.

Y salimos el grupo de bandera de ceremonias, la Directora y Vice rumbo a plaza Pringles. No entendíamos nada, pero ahí estaba esa plaza repleta de gente, con banderas, escarapelas, gente cantando el Himno, gritando “¡Argentina!”, cantando la marcha a Malvinas. Ese momento me quedó grabado por siempre.

Hoy a 40 años de esa guerra, mí reconocimiento y recuerdo a Nuestros Héroes de Malvinas.

Rosa Delia Pérez, San Luis 29 de marzo 2022 (prosa3275@gmail.com)

Portadas - Daniel Gozainy - Soy protagonista

“Despedí a dos grandes amigos del secundario con mucha angustia. Éramos muy compinches”

Soy clase 62. Había llegado de cumplir mí servicio militar el 24 de diciembre del ‘81 en el grupo de artillería 161 de Zapala.

En abril comenzó la guerra y vi como mis amigos empezaban a ser convocados. En casa mis padres y yo estábamos atentos a la radio, la televisión y los diarios. Siempre pensé que me iban a convocar por el solo hecho de haber servido en un regimiento patagónico y haber ya estado en contacto con la hostilidad del frío y los vientos de Zapala. Pero no fue así.

Despedí a dos grandes amigos del secundario con mucha angustia. Éramos muy compinches. Mí madre estaba muy preocupada por lo que se venía aconteciendo a lo largo de la guerra. Llame a mí regimiento para ver cuándo nos iban a convocar. Me contestaron que las cédulas de llamada estaban listas. Fue un sentimiento extraño.

Al finalizar la guerra pude recibir a mis amigos. Hoy me une a ellos mucho cariño, amor y una enorme admiración. Las vueltas de la vida hizo que con 48 años a cuesta me tocase trabajar con una compañera cuyo padre fue suboficial en mí regimiento en el mismo momento que yo había hecho mí “colimba”.

Aquí en San Luis y después de tantos años pude enterarme que solo nos iban a llamar si Chile se involucraba en la guerra.

A cuarenta años, vivo esos momentos con cierta nostalgia y tristeza por todos esos hombres que pusieron el pecho para recuperar algo tan valioso al sentimiento argentino.

Daniel Gozainy, Potrero de los Funes, San Luis, 29 de marzo del 2022 (psp.daniel.gozainy@gmail.com)

Portada - Silvia Gómez - Soy Protagonista

“Entendía la crueldad de una guerra, pero a la vez, sentía la angustia de que si todo se complicaba más, no podría seguir estudiando”

Mi nombre es Silvia Gómez, soy docente y directora de una escuela rural, aquí, en la provincia de San Luis.

Cuando vi la publicación, sobre los 40 años de Malvinas y que podíamos participar contando nuestras vivencias, me interesé en querer compartir mi experiencia con ustedes.

Tengo recuerdos muy nítidos de ese año, particularmente, porque para mí era un año muy importante, empezaba el secundario, en una escuela rural, de San Rafael, Mendoza, en donde vivíamos con mi familia. Y que me dejaran estudiar, era un acontecimiento que marcaba mi vida, de una manera extraordinaria.

Hacia menos de un mes que estaba cursando, cuando anunciaban la “Guerra de Malvinas” y sentí una mezcla de sensaciones.

Entendía la crueldad de una guerra, no de la misma manera que lo entiendo ahora, pero a la vez, sentía la angustia de que si todo se complicaba más, no podría seguir estudiando, lo cual para mí era una prioridad, sin dimensionar, por mi edad, que habían acontecimientos, más dolorosos, que mi prioridad.

Los profesores comentaban muy poco lo que sucedía, quizás por temor y los medios de comunicación que teníamos en donde vivíamos, eran muy escasos: televisión con un solo canal local y la transmisión no era buena. Y una emisora de radio, que si hablaba de la guerra, pero con una visión, que después supimos, no era tan verídica.

En casa tampoco se hablaba mucho del tema, porque la información era escasa, a veces yo les comentaba a mis padres lo que nos decían los profesores y ellos me decían que no comentara con otras personas nada relacionado a la guerra.

Creo que en las zonas rurales se vivió de una manera distinta y con el correr de los años, yo, personalmente, dimensioné la crueldad de aquella guerra, que marcó mi vida, dejando estos recuerdos intactos y que hoy comparto con ustedes.

Tengo un sentimiento desbordado de gratitud a todos los soldados que dejaron su vida allí, en Malvinas. Y a los que regresaron con su alma rota en mil pedazos, decirles que los abrazo intentando curar todas sus heridas.

Gracias por leerme.

Silvia Gómez, San Luis, 27 de marzo del 2022 (silviagomez@sanluis.edu.ar)

Portada-Testigos-de-la-Memoria

Despedidas y reencuentros

El reportero gráfico Juan Jesús Sandoval, capturó dos momentos muy importantes de la Guerra de Malvinas: las despedidas y los reencuentros de los soldados con sus seres queridos.