Sofía Larroude, desde el sur de la provincia de San Luis, comparte la historia de su tío Jorge Rubén Irusta, que a los 31 años viajó a combatir a las Islas Malvinas.
“Se hacían simulacros por si bombardeaban la ciudad y a la noche debíamos apagar todas las luces de la casa”
Recuerdo que en esos años tenía 22 y vivía en el centro con mis padres y hermano cuando se desata esta guerra.
Recuerdo que todos queríamos ir a la guerra. Se hacían simulacros por si bombardeaban la ciudad y a la noche debíamos apagar todas las luces de la casa, cerrar las ventanas y escuchar una sirena que anunciaba el simulacro.
En las calles General Paz y Junín, allí se simuló como que había caído una bomba, y se escuchaban las sirenas de los bomberos y nosotros en la viviendas.
También veía por tv las donaciones de los argentinos para ayudar a los soldados. Recuerdo a una actriz, Olinda Bozan, cuando donaba unas joyas. Mucha gente donaba joyas, abrigos, mantas, chocolates, para aquellos que luchaban en el frío. Nunca olvidaré todo eso.
La tristeza que tuvimos todos los argentinos cuando derribaron al Ara Gral. Belgrano: que triste lloramos mucho. Y más cuando perdimos la guerra y tanto chicos tan jóvenes sin instrucción en guerra que dejaron su vida.
Ana Giménez, San Luis, 17 de marzo del 2022 (aelbagimenez@yahoo.com.ar)