En abril de 1982, me encontraba en primer grado, en la escuela del Barrio Naval Comandante Espora, recuerdo que, al escuchar el ruido de los aviones de dicha Base Naval, debíamos “escondernos” debajo del pupitre.
Además recuerdo que al atardecer, se escuchaba el toque de queda, la Patrulla Militar (PM) recorría el barrio, ellos verificaban que no se viera ninguna luz desde dentro de la casa. Colgabamos frazadas en las ventanas para que la luz no pasara, igualmente, no debíamos prender luces.Comíamos en el pasillo de la casa, en una mesita ratona y sentados sobre almohadones. Mi mamá embarazada de mi hermano, mi hermanita y yo.
Mi papá combatió en la guerra, era suboficial aeronáutico, piloto y paracaidista. No recuerdo muy bien la fecha en que fue a Malvinas, pero si recuerdo su regreso. Los primeros días de junio, muy desmejorado físicamente, barbudo y vestido con un overol verde militar y borcegos negros, todo sucio. Sobresalían sus hermosos ojos celestes. Fue un abrazo eterno el que le dimos.
Cintia Gelis, San Luis marzo de 2022 (cintiagelis@gmail.com)