Recuerdo estar trabajando en una escuela donde comenzamos una colecta para enviar a los soldados. Llenamos el micro escolar.
Luego trasladamos todo a la Casa de Malvinas en Buenos Aires. Esa noche no pude dormir. Quería que todo llegara pronto. Sabía del frío que pasaban y quería que todo llegue pronto.
Hoy les cuento que cada año nos visitan o visitamos con mis alumnos a los veteranos de Malvinas. No puedo dejar de caer mis lágrimas cuando los veo.
“¿Por qué llorás seño?”, me preguntan. Es algo muy profundo que viví y viviré por siempre.
Memoria. Son historia viva. Las Malvinas ayer, hoy y siempre.
Gracias queridos veteranos.
Claudia Maccarrone, San Martín, Buenos Aires, Marzo de 2022 (claumacca35@gmail.com).